Hace unas semanas, en mi viaje a Irlanda, estuve en la Abadía de Kylemore, en la costa oeste, exactamente situado en Connemara, condado de Galway.

 El castillo de Kylemore, originalmente fue construido entre 1863 y 1868 enfrente de un hermoso lago, por Mitchell Henry, como residencia privada de la familia. En la cual, no permanecieron mucho tiempo, debido a la muerte de su esposa por una fiebre contraída en Egipto en 1875. Después de la muerte de su mujer, Mitchell, ya no pasa tanto tiempo en Kylemore, sin embargo, construyó una hermosa iglesia gótica, réplica de la catedral de Bristol, compuesta principalmente en su interior de mármol verde de Connemara, a la orilla del lago donde enterraron a su mujer, y donde posteriormente, también le enterraron a él.

Más tarde, en el año 1921, el castillo de Kylemore, fue refugio de monjas benedictinas, que huyendo de los horrores de la Primera Guerra Mundial, en Bélgica, terminaron en el castillo de Kylemore.

Fueron las monjas, quienes adecentaron el lugar como una abadía y fundaron un internado para niñas, que hoy en día es considerada una de las escuelas más famosas de Irlanda. Por desgracia, en los últimos años y debido a la disminución de miembros en la orden benedictina, la propia escuela ha decidido cerrar sus puertas.

La Abadía de Kylemore, tiene una gran extensión de terreno repleto de vegetación, y esta compuesto por el castillo, una iglesia gótica y unos jardines espectaculares. Tanto el castillo, como la iglesia dan directamente al inmenso lago Kylemore y  para llegar a los preciosos jardines de la abadía, tenéis la posibilidad de coger un autobús que hay en la entrada, para que os suba hasta los jardines.

El precio de la entrada a la Abadía de Kylemore es de 10,80€ comprando la entrada online, ya que si la compráis por Internet os vais a ahorrar un 10% en la entrada. Una recomendación que os puedo hacer, es que si queréis visitarlo en época alta de turismo, es que madruguéis, para que disfrutéis de la tranquilidad y de los paisajes.

 A continuación veréis el reportaje fotográfico que pude hacer, para que juzguéis vosotros mismos…