Ya hemos hablado en anteriores artículos sobre esta población, pero esta vez, os contaremos que podemos hacer y ver en Honningsvåg, un pequeño pueblo pesquero con mucho encanto en el que poder pasear por las calles en el norte de Noruega, o en la Laponia Noruega.

Como sabéis, Honnigsvåg, se ubica en el este de la isla de Magerøya, a unos 40 kilómetros aproximadamente de uno de los grandes sueños de muchos viajeros, el Cabo Norte. Una isla perfecta también para contemplar auroras boreales, por su latitud. ¡Es mi próximo sueño! ¿A vosotros no os gustaría? Ahora es una buena época para verlas.

La localidad es la más importante de las cinco que se encuentran en la isla, y su paisaje es de tundra, también por su ubicación. El total de la población en toda la isla es de 5000 personas, siendo Honningsvåg, la población más importante y ahora a continuación, os contamos porque, gracias a los servicios de los que dispone.

Nosotros nos alojamos en el hotel Rica Honningsvåg, justo a dos pasos del puerto y muy cerca del centro de la población. Nada más llegar, dejamos las maletas en el hotel y fuimos directos a comer en el puerto, concretamente en el restaurante Brasseri & Bar King Crab House, dónde no comimos cangrejo, pero más adelante os cuento por qué. Comimos una sopa, perfecta para la temperatura primaveral que hacía, pese a estar en verano, y solomillos, los cuales estaban deliciosos.

Después de comer, os podéis acercar a la Casa de la Cultura o «Perleporten Kulturhus«, una bonita casa decorada, en la que pasar un rato agradable disfrutando de alguna actividad como la que tuvimos la suerte de ver en un musical, llamado “Our Northernmost Life”, en el que varios jóvenes locales, relataban entre canciones, muchas risas y bailes, cómo es vivir en Laponia Noruega ¡Muy divertido! Además, también podréis tomar un café en su agradable cafetería, perteneciente al mismo local. Os recomendamos echar un ojo a su web para ver la programación prevista, según tengáis planificado vuestro viaje o adquirir las entradas para el mismo musical.

Si visitáis el puerto por la mañana, encontraréis actividad en el mismo, los pescadores en sus barquitos y trabajando entre las casas del puerto… Si os gusta la fotografía, gozaréis con el color de las casas de los alrededores, así como los contrastes entre los edificios modernos y las casas pesqueras. Antes de continuar, encontraremos también la Oficina de Turismo de la población, dónde os podréis informar acerca de toda la oferta turística de la zona, así como  la amplia tienda perteneciente al Ice Bar, de la que os hablamos aquí.

También veréis a Bamse, el perro de la raza San Bernardo, de la Fuerzas Armadas Libres Noruegas, del que mi compañero Anibal Trejo, habla aquí.

Andando por el pueblo, veremos numerosas casas y en uno de los extremos, veremos la iglesia de la localidad. Una bonita construcción nórdica, de color blanco que fue construida en 1885 por el arquitecto noruego, de original danés Jacob Wilhelm Nordan. En su interior, es una iglesia de líneas sobrias, pero acogedora, la cual tras la Segunda Guerra Mundial y tras resistir a este acontecimiento histórico, acogió a la población de Honningsvåg, mientras se reconstruía la ciudad. En la parte derecha de la iglesia, encontramos el cementerio de la población, rodeado de vegetación y bonitas flores.

 Y llegó el momento de navegar, de salir al Mar de Barents, para hacer un safari en busca del famoso «King Crab» o Cangrejo Real. Nos equipamos con unos buenos monos impermeables que nos permitían ir en una lancha o zodiak habilitada para este tipo de actividad, sin mojarnos y resguardarnos del viento. Un buen gorro, cámara en mano y… a descubrir el mar noruego.

Tras un bonito trayecto avistando paisajes espectaculares, mientras surcábamos las aguas noruegas, capturamos a través de unas jaulas a los cangrejos. Hay que decir que estos cangrejos, los cuales pueden llegar a medir casi 3 metros y pesar más de 20 kilos, son hoy en día una fuente de ingresos para la isla debido a  un experimento científico llevado a cabo por los soviéticos en la década de 1960, pero también llegan a ser casi una plaga, debido  a la velocidad de su reproducción. ¡Increíble!

No obstante, este cangrejo real rojo, está considerado uno de los grandes manjares de la gastronomía, ya que ¡Está exquisito! Yo nunca lo había probado, pero tras ser cocinado, como veréis a continuación, comí sin parar, me encantó. También es posible acompañarlo por una rica mantequilla casera y como no, en un gran ambiente y disfrutando de unas vistas fantásticas.

Os recomiendo visitar esta población, tras recorrer los lugares anteriormente mencionados. Si conocéis alguno más, siempre podéis dejarlo en comentarios para que otros viajeros puedan verlo y disfrutar de los mismos.