En el puente de San José (19 Marzo), decidí escaparme con mi familia a Asturias, ya que tenía muchas ganas de volver después de tantos años y de conocer a una gran amiga con la que he mantenido una gran relación durante muchos meses hasta que en Marzo, por fin, llego el momento de conocer a Consuelo y su gran Hotel rural Aguas del Narcea.

Salimos de Madrid muy temprano y a medio camino paramos a desayunar. Parecia todo el camino que nos iba a hacer un tiempo horrible, ya que había mucha niebla y no paraba de llover. Pero cual fue nuestra sorpresa, tras parar en el gran Embalse de Barrios de Luna (ver mapa a continuación) que atravesando el tunel que separa León de Asturias, nos esperaba un sol y una temperatura estupendos.

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Ya estabamos a punto de llegar y el día era perfecto, sol y temperatura de verano, si también os digo que todos los prados estaban verdes y a rebosar de flores, qué os parece?

A mediodía llegamos a nuestro hotel, Aguas del Narcea, como os he dicho antes, situado en un enclave excepcional si os gusta disfrutar de la naturaleza.

Fue una alegría conocer la casa de Consuelo, con la que tantas conversaciones ya había tenido y por fin ver su magnífico proyecto. Un hotel que esta cuidado hasta el último rincón y donde te sientes como en tu propia casa por la calidez de la misma y por el trato de Consuelo y sus empleados. Las habitaciones son muy amplias y cuentan con todo tipo de prestaciones, nos sirve para hospedarnos si vamos de vacaciones o de negocios.

Además, fue la Antigua Fabrica de Sidra Arias en Corias (Pravia) Asturias, con relevante historia industrial desde Siglo XIX en la fabricación. En el mismo hotel podéis ver en su interior algunas botellas que Consuelo pudo rescatar antes de restaurarla y los antiguos toneles que lucen restaurados en su jardín. En el piso bajo del hotel, donde se encontraba el lugar de almacenaje de estos, se pueden celebrar todo tipo de eventos, desde celebraciones, ruedas de prensa, convenciones o presentaciones.

Si vais a disfrutar unos días en el hotel, sus desayunos os encandilarán, todo hecho con productos asturianos y cuidando al máximo la presentación, esta todo buenísimo.

Estuvimos charlando tranquilamente en el salón y tomando el aperitivo antes de decidir ir a comer a un bar de Pravia por recomendación, como no de Consuelo.  Y que buena recomendación, a tan sólo 5 minutos, acudimos al bar La Bolera, en el mismo centro de Pravia y donde comimos de maravilla y como no podía ser de otra manera unas buenas fabes a un precio muy bueno también.

Después de comer paseamos por el pueblo para conocerlo y donde encontramos locales con una esencia muy peculiar y con los que pudimos volver en el tiempo más de 30 años, donde se vendían juguetes de antaño.

Más tarde, nos dirigimos en dirección norte a Cudillero, gran puerto pesquero y dedicada gran parte de su población a la pesca, por este motivo, os recomiendo visitar la Lonja de Pescado y el puerto, donde justo nosotros llegamos cuando estaban preparando algunos barcos. Este pequeño pueblo de gran pendiente es especial y en verano se convierte en un atractivo turístico. Destaca por su buena comida y por el gran colorido de sus casas.

Nos tomamos un café para descansar en una de tantas terrazas que estaban a rebosar del buen tiempo que hacía y disfrutamos hasta que fue atardeciendo y desde lo más alto de un mirador cerca del pueblo, pudimos contemplar un bonito atardecer. En ese momento, nos acordamos de una amiga de la familia, la cual es una enamorada de esta tierra y la que escribió el siguiente soneto:

Sobre raíces de eucaliptus, carballos y musgos

te alzas.

A mitad de camino al cielo

nubes te sustentan

más que una «patria querida» más que un verde paraíso

tierra húmeda, roja o negra

mi alma apaciguas

a mis musas despiertas.

Asturias, si yo supiera

borrar el camino de vuelta.

Esa noche llegamos pronto para descansar, al fin y al cabo eran unos días de relax y no queríamos cansarnos mucho para poder seguir la siguiente semana de trabajo. Así que nos fuimos directos al hotel, donde estuvimos charlando de nuevo hasta que llego la hora de acostarnos.

A la mañana siguiente, tras haber desayunado de lujo en el hotel, comenzamos la jornada recorriendo por una carretera comarcal el Parque Natural de Somiedo y visitando los pueblos por los que pasabamos, estaba todo verde y había llovido un poco, así que cuando salía el sol, el efecto que producía en las piedras era precioso. Llegamos a Proaza, donde se encuentra a 1km por la senda del oso, un trayecto muy fácil, el cercado de los osos donde pudimos observar a Paca y a Furaco; Tola estaba todavía escondida y en aquellos días se creía que no había salido porque podía estar criando a sus oseznos, pero finalmente y siendo una pena no fue así…

Después de estar paseando por el Parque, empezó a llover, así que acelerando el paso, llegamos de nuevo al pueblo para comer. Estaban todos los sitios llenos así que, fuimos a un bar que aunque no daban de comer, entre picoteo terminamos comiendo de maravilla. Se llamaba bar «La Lerenda».

Tras comer, fuimos derechos a Gijón, donde lo primero que hicimos fue ir al punto de información turística que había en el mismo puerto y que esta abierto todo el año.  Nos pusimos a andar y vimos en la Plaza del Marqués,  el monumento a Pelayo, la Colegiata de San Juan Bautista y el Palacio de Revillagigedo, el cual es un centro cultural de arte contemporáneo.

Seguimos caminando para llegar al Parque Cerro de Santa Catalina, antiguo campo de maniobras militares y donde todavía se puede encontrar algún que otro elemento. En el mismo se encuentra en la parte más alta, la escultura de hormigón de Chillida la cual esta concebida para adentrarte en su interior y poder escuchar el eco del mar, como si de una gran caracola se tratara.

Estuvimos observando durante varios minutos todo Gijón desde lo alto y vimos una pequeña regata de veleros. Descendiendo pasamos por el Real Club Astur de Regatas. Rodeamos la Iglesia de San Pedro y el jardín de Campo Valdés para introducirnos en las termas romanas y por un precio módico, visitar los restos del pasado romano de la ciudad.

Como estabamos cansados, en la playa de San Lorenzo nos paramos en un bar a tomar un refresco desde donde contemplábamos todo el mar y donde esperamos a María Sampedro, responsable de Teacomodo.com y magnífica persona. Para los que no conozcáis esta web, es un portal turístico donde podréis reservar cualquier alojamiento rural en la provincia de Asturias, además de tener información sobre la misma. Si queréis estar al día y vais a visitar Asturias, podéis seguirla a través de Facebook y Twitter.

Ya era de noche después de una agradable charla con María, paseamos un poco más por Gijón. Paramos  en una pastelería y nos tomamos unos «carbayones», dulces típicos de Oviedo, que estaban buenísimos y  ya fuimos rumbo de nuevo al hotel, a descansar que al día siguiente nos esperaba un buen viaje de vuelta.

A la mañana siguiente, desayunamos con fuerza una vez más y estuvimos manteniendo una rato muy agradable con Consuelo sobre sus instalaciones y la historia del mismo hotel. Es una buena amiga y con todo lo que conlleva he visto el trato hacia sus clientes y es excepcional, si vais a Asturias, os recomiendo visitar Aguas del Narcea.

Para la próxima nos quedo visitar, Oviedo, porque hace años que no vamos, así que para la próxima miraremos hoteles en Oviedo y también os lo contaré.