Viaje al Atardecer

Pasteles de Belém en Lisboa

¡Que perdición! ¡Qué locura! Quién haya ido a la capital portuguesa y no los haya probado, tiene que volver sólo para probarlos, porque le encantará, si te gusta el dulce claro :)

Son tartaletas de crema, de unos 5-7 cm de diámetro, elaboradas según una receta secreta que no ha sido desvelada en casi 200 años y que, según dicen sólo 3 personas la conocen en el planeta. La pasta de hojaldre y la crema de yema, leche y azúcar se elaboran a puerta cerrada, en la llamada «oficina del secreto» y su proceso dura dos días.  Pueden comerse tanto en caliente como en frío, pero yo os recomiendo comerlos calentitos con un poco de canela por encima. ¡Espectacular!

 

 

Se cree que fueron creaos antes del siglo XVIII por las monjas del Monasterio de los Jerónimos (del que os hablaré próximamente). A raíz de la revolución liberal portuguesa de 1820, en 1834 se cierra el monasterio. El panadero del convento, a consecuencia del cierre, decide venderle la receta al empresario portugués de origen brasileño, Domingos Rafael Alves, quién en 1837 funda la Casa Patéis de Belém, actualmente en activo y del que ya os he hablado con anterioridad, aquí.

 

 

Desde entonces, es el lugar más famoso en Lisboa, dónde se elaboran más de 10.000 pastelitos diarios, también llamados pastéis de nata, para consumo en la cafetería y venta en sus interminables colas para los turistas que compran. Si no queréis esperar las interminables colas, yo os recomiendo tomaros un café/bebida y disfrutar un pastelito, sentados podéis pedir también para llevar.  ¡Un lugar imprescinbible en vuestra visita a la ciudad!

 

 

 

 

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