¿Suena bien ya sólo el título, verdad? ¿Os apuntáis? Seguro que más de uno habéis visto el anuncio en televisión que a continuación os voy a mostrar y os han dado ganas de probar un buen vino de Ribera del Duero… Pues os voy a contar más acerca de su ruta, la cual me apetece realizar.
 

 

La Ruta del Vino Ribera del Duero es apuesta por el enoturismo, el cual impulsa el desarrollo integral y sostenible del territorio, generando empleo y mejorando la calidad de vida de la población local. Esta ruta recorre el corazón geográfico de la Península Ibérica y de Castilla y León, abarcando cuatro provincias –Burgos, Segovia, Soria y Valladolid– y engloba a 8 asociaciones, el Consejo Regulador y 54 municipios que albergan 57 bodegas, 22 restaurantes, 18 alojamientos, 11 enotecas y comercios especializados, 20 museos y centros de interpretación, 3 spas, centros de degustación y cursos de cata, bares de vinos, un centro ecuestre, una quesería, centro de piragüismo y agencia de viajes. Completo ¿verdad?

La Ribera se extiende por una franja de 115 kilómetros de ancho y 35 kilómetros de alto. Cuenta con 21.000 hectáreas de viñedo plantado y en la región se embotellan cada año casi 50 millones de litros de vino. En esta tierra el vino es sagrado, se cuida, se mima y se ama. Acercarse a conocer los encantos de Ribera del Duero es vivir una experiencia inolvidable y auténtica, ya que en Ribera se disfruta de las pequeñas cosas que hacen bonita la vida y para disfrutar o complementar esta ruta podemos disfrutar de tratamientos de vinoterapia o aprender a catar vinos, realizar la ruta de los castillos o acompañar el buen vino con unas tapas por Aranda. ¿Qué os parece, os animáis?