Este lugar único en el planeta situado entre Jordania e Israel, es perfecto para los que no saben nadar, ya que no podrás ahogarte aunque quieras, debido a la cantidad de sal y minerales que tiene.
El Mar Muerto es el punto más bajo del planeta, se encuentra aproximadamente a 430 metros por debajo del nivel del mar en su parte más profunda. Las dimensiones de este mar son 80 kilómetros de longitud y 14 kilómetros de anchura, pero lo que me pregunté cuando vi la cantidad de ríos de agua dulce que desembocan en este mar ¿cómo puede ser que sea tan salado si el agua que le llega es dulce?, la respuesta es bien sencilla. Cuando las aguas desembocan al Mar Muerto, están rodeadas por tierra, es decir, no tienen escapatoria por lo que se evapora el agua dulce dejando una densa mezcla de sales y minerales.
Aunque esta zona no esta muy poblada, se cree que fue cuna de cinco ciudades bíblicas: Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y Segor.
Terminada nuestra aventura por el desierto de Wadi Rum, pusimos rumbo a Aqaba donde nos esperaban un par de inmersiones para disfrutar de los arrecifes de coral en el Mar Rojo.
Aqaba, llena de hoteles de lujo, es una de las ciudades por excelencia para los turistas que quieren practicar deportes acuáticos como el submarinismo, gracias al agua cristalina que nos permite una gran visibilidad para disfrutar de los arrecifes de coral que hay en el Mar Rojo.
Una vez que nos subimos en el barco y se encendieron los motores para llevarnos a las preciosas aguas cristalinas del Mar Rojo, llego el instructor responsable de las inmersiones pidiéndonos a los que íbamos a bucear el carnet de buceadores. Dato muy importante, ya que para bucear tenemos que saber muy bien cómo preparar el equipo antes de saltar y sobretodo cómo comportarnos cuando estamos debajo del agua. En mi caso, tengo el curso de buceador avanzado de la escuela Padi, por lo que no tuve ningún problema para realizar las inmersiones.