Siempre que estamos practicando turismo de interior encontramos edificaciones y lugares como el Monasterio de Veruela, que son realmente espectaculares y dignos de visitar teniendo en cuenta su cercanía a Tarazona y al Parque Natural del Moncayo.
El Monasterio de Veruela es una abadía cisterciense que data del año 1145 y está considerado Bien de Interés Cultural, su arquitectura pertenece al románico y gótico ya que como suele ocurrir en muchas construcciones antiguas, primero se edificó una parte del monasterio y muchos años después se edificó la segunda parte la cual pertenece al periodo gótico.
Para entrar al monasterio tienes que pasar su muralla de forma hexagonal de 1 km. de longitud y 11 gruesos torreones cilíndricos. La entrada principal se realiza por la torre del homenaje, la cual conduce al románico y arbolado paseo central que termina en la fachada principal de la iglesia, considerada una de las iglesias más románicas del Cister en España.
Recorriendo las calles de Tarazona llegamos a la iglesia de Santa María de la Magdalena, situada en el barrio del Cinto en la parte alta de Tarazona, junto al actual Palacio Episcopal.
Esta iglesia es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad y antigua catedral de Tarazona. Actualmente, no se conoce ningún dato acerca de la edificación del cuerpo de la iglesia, ya que fue muy castigada en la Guerra de los Dos Pedros hacia 1360 por lo que que tuvo que ser reconstruida. Por otro lado se piensa que la construcción puede situarse a finales del siglo XII, época de la que solamente se conservan los tres ábsides románicos.
Meses atrás visitamos Tarazona, municipio de la provincia de Zaragoza situado en las faldas del Moncayo, en la que hay una tradición muy arraigada, el Cipotegato.
El Cipotegato se celebra cada 27 de agosto en honor a su patrón San Atilano, donde sale un lugareño que es elegido anualmente por votación de los turiasonenses, encapuchado y disfrazado de arlequín con los colores típicos de este personaje, amarillo, rojo y verde.
Cada año como marca la tradición, el día principal de la fiesta a las 12 de la mañana, se abren las puertas de la Casa Consistorial para que este personaje salga a la Plaza de España donde se tiene que enfrentar a la marea de personas que le esperan al grito de ¡Cipote, Cipote, Cipote! y con las manos cargadas de tomates. Mientras que atraviesa la plaza, es perseguido por la multitud mientras que le tiran kilos y kilos de tomates en cuestión de minutos. Si el valiente que va dentro del disfraz de Cipotegato sale airoso de este lance frente al pueblo, será alzado a la escultura que hay en mitad de la plaza en honor al Cipotegato.
A partir de la semana que viene estaremos escribiendo de Tarazona, pequeña localidad situada en las faldas del Moncayo. Estad atentos