Cómo todos sabéis, a mi me gusta hablar, de todo aquello que verdaderamente me gusta, y que realmente merece la pena, no por nada en especial, sino porque he estado en este lugar y puedo decir, que es uno de los sitios, donde me he comido uno de los pinchos de tortilla de patatas, más buenos de todos mis viajes. Por eso, he decidido hacer un post de Casa Santos y sus tortillas de patatas de 14 centímetros de grosor, más o menos 25 huevos se utilizan, para poder llegar a hacer esta tortilla de patatas.
Cuando llegue a Casa Santos, no era porque me lo recomendara nadie, sino porque era la hora de comer algo a media mañana, después de estar andando por todas las calles de la Judería de Córdoba y realmente tenía hambre, por lo que al ver estas tortillas de patatas increíblemente grandes, me dispuse a entrar. Ya dentro del local, lo primero que pregunté, era que, si eso que había detrás del mostrador era realmente una tortilla de patatas o una tortilla rellena de algo, a lo que me respondió el empleado, con la típica gracia andaluza, "¿tuuu que creee que eeeee?, se ve que eee una mega tortillaaa de patatas ¿no?" todo esto entre risas, claro esta. Y con una contestación tan única como esa, dije que la tenía que probar.
Ya he recorrido con vosotros casi todo Córdoba :P, (ojalá, quedan lugares por descubrir), pero haciendo repaso, he hablado del Puente Romano, las Caballerizas Reales, el Alcázar de los Reyes Cristianos, el Zoco de Artesanos, la Calle de las Flores y la Torre de Calahorra, es hora de hablar de la monumental Mezquita-Catedral de Córdoba.
Uno de los lugares más bonitos y que más me ha impactado en mis últimos viajes, ha sido la Calle de las Flores de mi viaje a Córdoba, como ya os he ido contando en posts anteriores. A simple vista y mirando desde la Calle de Velázquez Bosco, aparece una bocacalle más con geranios colgando de sus paredes y macetas con mucho colorido, -sobretodo en mayo- que cambian constantemente. ¡Es una calle muy estrechita! Y os recomendamos no visitarla en horas punta o a partir de mediodía, porque su fama hace que sea un lugar de mucho tránsito... En cuanto llegamos a la plaza donde desemboca esta calle, nos quedaremos boquiabiertos con las vistas. ¡Preciosas!