Hace al menos tres semanas, en mi viaje a Bilbao, tuve la suerte de visitar el Hotel Palacio Urgoiti en Mungia, construido a finales del siglo XVII, ha sido lugar de diversos acontecimientos históricos en un entorno extraodinario, rodeado de naturaleza. En 1968, el mismo fue expropiado para la construcción de la autopista que une Bilbao con Behobia, donde su propietario decidió desmontarlo piedra a piedra hasta encontrar una nueva ubicación. En el año 2004, empezó su reconstrucción, de nuevo piedra a piedra para convertirlo en lo que hoy es, un hotel.
Gracias al artículo que escribió Kebrantin en este blog, sobre las guías Mtrip para nuestro iPhone, Mtrip, ha querido sortear la guía de Madrid entre los lectores de este blog y conseguir un código promocional para descargarla gratis, ya que su precio en la Apple Store, es de 4,99€. ¿Os apetece participar?
Lo primero que tenéis que hacer para ver las múltiples funciones que tiene la guía, es leer el post de hace dos días aquí, veréis que podéis usar estas guías en el extranjero, sin tener conexión, también tiene realidad aumentada y nos dice lo que estamos viendo a cada paso. ¿Bien, no? Pues os digo lo que tenéis que hacer para conseguirla.
Cómo todos sabéis, a mi me gusta hablar, de todo aquello que verdaderamente me gusta, y que realmente merece la pena, no por nada en especial, sino porque he estado en este lugar y puedo decir, que es uno de los sitios, donde me he comido uno de los pinchos de tortilla de patatas, más buenos de todos mis viajes. Por eso, he decidido hacer un post de Casa Santos y sus tortillas de patatas de 14 centímetros de grosor, más o menos 25 huevos se utilizan, para poder llegar a hacer esta tortilla de patatas.
Cuando llegue a Casa Santos, no era porque me lo recomendara nadie, sino porque era la hora de comer algo a media mañana, después de estar andando por todas las calles de la Judería de Córdoba y realmente tenía hambre, por lo que al ver estas tortillas de patatas increíblemente grandes, me dispuse a entrar. Ya dentro del local, lo primero que pregunté, era que, si eso que había detrás del mostrador era realmente una tortilla de patatas o una tortilla rellena de algo, a lo que me respondió el empleado, con la típica gracia andaluza, "¿tuuu que creee que eeeee?, se ve que eee una mega tortillaaa de patatas ¿no?" todo esto entre risas, claro esta. Y con una contestación tan única como esa, dije que la tenía que probar.