La Catedral de Palma de Mallorca o la Catedral de Santa María, también conocida en mallorquín como La Seu, es el lugar de interés que nos da la bienvenida a la isla, por mar, tierra o aire en la ciudad de Palma. Reconozco que tras visitar muchas veces Palma de Mallorca nunca había entrado en la Catedral y me sorprendió gratamento por su magnitud y belleza.
Su construcción se inició en 1306 por el rey Jaime II y terminó en 1601 por el obispo mallorquín Joan Vic i Manrique. Desde entonces no creció por fuera sino por dentro, levantando la misma sobre un acantilado que hoy en día está alejado del mar debido a la muralla y la autovía, pero el Parque del Mar, simula la construcción original.
La Catedral de Mallorca ha sido merecedora, con razón, de diversos títulos:
– Catedral del mar, dado que su orilla baña sus pies
– Catedral del espacio, dado que es el templo gótico que, con menos piedra, alberga más espacio interior
– Catedral de la Eucaristía, dado que los ábsides de sus tres naves crean conjuntamente el tríptico más grande del mundo sobre el misterio eucarístico – Catedral de la luz, dado que la luminosidad mediterránea entra de lleno en ella.
A este último nombre hay que hacerle una mención especial debido a los dos rosetones que encontramos en la nave central, considerado uno de ellos como el mayor ojo gótico del mundo. En dos fechas concretas del año, el 2 de febrero y el 11 de noviembre, en el interior de la catedral tiene lugar un gran espectáculo de luz sobre las 8.30h de la mañana, cuando la luz entra por el rosetón mayor y se coloca justo debajo el rosetón de la fachada principal. Os recomendamos ver imágenes de este acontecimiento.
Entre los días 20 y 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, coincide la luz entre los dos rosetones y es asombroso poder contemplarlo, por ejemplo desde el Museo EsBaluard, ya que parece que están completamente iluminados. La planta de la Catedral es de 121 metros de largo y 55 de ancho, la cuenta con tres naves, dónde en la mayor encontramos la capilla de la Trinidad, dónde descansan los restos de los reyes Jaime II y III.
Destacan sus tres portales que dan acceso a la catedral y más concretamente, el portal del Mirador o la puerta sur por su ornamentación y por la Virgen del siglo XIV que es una copia de la talla que se encuentra en el interior de la misma. También cabe mencionar, el Portal de l’Almoina o el portal de la Limosna en la parte norte, el cuál recibe su nombre por la casa contigua donde se inician las visitas, construida en 1529 para socorrer a los pobres. Y por último, el portal mayor, ubicado en la parte oeste que preside la Inmaculada, rodeada de quince símbolos femeninos que rinden culto a Santa María.
Imprescindible a los museos de la Catedral, compuesto por tres salas:
– La sacristía de «Vermells» que recibe el nombre porque era el lugar dónde se vestían los monaguillos y la sotana era de color rojo.
– La sala capitular gótica, lugar dónde se realizaban las reuniones oficiales del cabildo.
– La sala capital barroca, de forma elíptica la cual destaca por los dos candelabros que se encuentran en el interior y cuentan con más de siete brazos y 243kg.
A principios del siglo XX, el arquitecto Antoni Gaudí dirigió una serie de trabajos destinados a recuperar parte del espacio original de la Catedral realizando cambios como la eliminación del coro situado en el centro de la nave, que fue dividido en dos y trasladado a los laterales, colocándolo sobre sendos grupos de columnas; la elaboración de un baldaquino para el altar mayor; la creación de un nuevo púlpito (situado a la izquierda del altar mayor) y la introducción de diferentes elementos ornamentales de diseño modernista.
Sin duda, lo sorprendente son los tres ábsides que apreciamos en el interior:
– Ábside izquierdo: Institución de la Eucaristía. Presidido por el retablo Corpus Christi dirigido por Jaume Blanquer (1626-1641), de estilo barroco representando la Última Cena.
– Ábside central: Celebración de la Eucaristía. Encontramos el presbiterio y el coro (trasladado por Gaudía, en 1904, desde el centro de la nave) es la antigua capilla real.
– Ábside derecho: Adoración de la Eucaristía. Nos sorprenderá el asombroso mural de cerámica y el mobiliario realizados por Miquel Barceló y bendecido en 2007 por el obispo Mons.
Sin duda, es una de las catedrales más llamativas que he visitado y que merece la pena visitar, os recomiendo echar un ojo a esta web oficial con información práctica de la Catedral, llamada la WikiSeu.
Espectacular catedral
Me muero de ganas por descubrir las Baleares
Un besote Laura
Jolin es que las baleares tenemos mucho que aportar, cuando la gente viene se quiere quedar aquí a vivir, y no es para menos, empezando por la catedral, que tan bien describes, muchas gracias por compartir con todos lo bonito de nuestra isla