Acantilado y molino de El Bolao en Cantabria
Al pasar unos días en Cantabria, pudimos descubrir un nuevo lugar: el Acantilado y el molino de Bolao, un paraje natural que sorprende por su belleza y sus curiosidades. ¡Un lugar poco conocido con unas bonitas vistas!
Este punto de Cantabria, es uno de los lugares menos conocidos, pese a estar muy cerca de poblaciones como Comillas o Santillana del Mar. ¡Así que no dudéis en conocerlo!
Pertenece a la localidad de Cóbreces, quizás os suene por sus monjes y la Abadía Cisterciense de Santa María de Viaceli donde elaboran queso y mantequilla; pero nosotros os recomendamos visitarlo desde Toñanes, otra localidad a tan sólo 5 kilómetros, que pertenece al mismo municipio de Alfoz de Lloredo porque está menos transitado. ¡O tenéis ambas alternativas como hicimos nosotros!
Desde Cóbreces hay varios caminos de tierra que os llevarán hasta el acceso y parking de coches donde suele ir la mayoría de gente, aparcas y siguiendo un camino de piedra durante dos minutos, estarás en el acantilado. Desde Toñanes hay otros caminos, menos transitados que te permiten unas vistas desde más arriba, más cenitales y que guarda un secreto espectacular, tras atravesar un prado. ¡Totalmente permitido!
Como os decíamos el acantilado cuenta con unas vistas impresionantes de la costa cántabra, el mar y un color espectacular que contrasta con el verde de los prados. ¡Sólo se oye la paz del lugar, (o algún cencerro del ganado)! Es un lugar lleno de calma, que sólo es interrumpido por el ruido del romper de las olas.
Tras llegar al acantilado también veremos las ruinas de un antiguo molino de agua, el molino del Bolao y la cascada que se nutre del arroyo de la Presa que descarga su agua, desde la cueva de las aguas de Novales.
Este molino hidráulico servía para moler el trigo y el maíz que tenían los vecinos de la zona y después vendían o almacenaban en las ruinas del otro edificio que se ve, podría ser un almacén o cuadra para dejar los aperos, o el ganado.
Si visitáis este lugar con niños, hay que tener mucha precaución; pero una forma de divertirse es poder ver la forma de un indio en los acantilados de más de 70 metros de altura. ¡Es muy fácil de observar en la parte superior! ¡Todo el mundo que lo visita está pendiente de encontrarlo por ser una curiosidad!
Dependiendo desde dónde visitéis el acantilado, tendréis una u otra perspectiva de toda la costa; pero si seguís el curso del río, podréis atravesar un pequeño puente y ver la afluencia del agua, la naturaleza y la vegetación, así como el ganado pastando tranquilamente entre los prados y maizales. ¡También hay una parcela con burros y algunos caballos!
Si accedéis por Toñanes, llega un punto en el que el acceso está limitado a vehículos, pero si podremos atravesar andando por un prado (Un cartel indica que está permitido hacerlo, ¡Sólo hay que respetar el entorno y disfrutar de esas vistas! -ojo con la valla, sin tocarla-) hasta llegar… a sentarnos en uno de los bancos con mejores vistas del mundo: el banco de Boalo. ¡En el límite del acantilado!
Te sorprenderá ver parte de la localidad de Toñanes, una vivienda con unas vistas únicas y el ganado o la gente visitando el acantilado… además del banco hay un pequeño camino para ver la cascada desde arriba, y es otro de los lugares con mejores vistas de la zona. Ambas alternativas son magníficas y lo podéis adaptar, según el tipo de tiempo o viaje que queráis hacer.
Os dejamos un mapa con la ubicación del molino, donde indica que está el acantilado serían las coordenadas del banco. ¡Seguir andando y descubrir este enclave único!