Con motivo de visitar el Festival de Bloomsday y aprender más de la vida de James Joyce, acudimos el año pasado en el mes de junio a Irlanda, exactamente a Dublín donde vivió el este famoso escritor irlandés.
El Festival de Bloomsday se celebra todos los años del 9 al 16 de junio en Dublín y debe nombre al protagonista de la novela Ulises - Leopold Bloom. Durante toda la semana, la ciudad disfruta de las variadas atracciones que se hacen por todo Dublín.
Como ya sabéis estamos en plena época navideña, mejor dicho, en este puente como marca la tradición muchas casas empezaran con los adornos navideños y las calles de nuestra ciudad empezaran a brillar con los colores de la navidad ¿verdad? Y ya que empiezan a brillar y a ser diferentes, ¿porqué no salimos con nuestras cámaras de fotos a inmortalizar la navidad?
El otoño es muy fotografiable, eso está claro para cualquier aficionado a lentes y objetivos, ya que los matices de color que nos ofrecen los paisajes naturales de nuestra geografía son en esta época cálidos y llenos de matices.
Colores muy representativos de una estación ideal para salir al campo a recoger setas, a disfrutar de una buena caminata y realizar actividades al aire libre antes de que se meta de lleno el invierno y el frío nos lo impida.
Salamanca es un destino turístico muy interesante a nivel nacional. Por supuesto a nivel fotográfico nos ofrece rincones y momentos irrepetibles. Solo hay que pasearse por la Plaza Mayor cualquier domingo de otoño para ver que hay más cámaras aquí que en un estadio de fútbol lleno de japoneses un día de partido.
Seguimos con nuestro paseo por la ciudad de Praga, que como muchos sabréis es una de las ciudades que podemos conocer perfectamente por nosotros mismos, apoyándonos en su red de transporte público podréis llegar a cualquier lado incluyendo el Castillo de Praga. Nosotros hicimos uso de su red, exactamente del tranvía con dirección a Prazsky Hrad, línea 22 y podemos decir que esta bastante bien y es económico.
El Castillo de Praga, construido en el siglo IX, es uno de los monumentos culturales e históricos más importantes de la ciudad y símbolo de la República Checa, tanto es así por sus fortificaciones, edificios religiosos, y su conjunto de palacios que hay en toda su extensión, aproximadamente de 45 hectáreas. Este emblemático lugar checo, fue utilizado por reyes, príncipes y emperadores de Bohemia como residencia y desde la constitución de la república en 1918 como residencia del presidente del país.