Viaje al Atardecer

Fin de semana en Málaga

Durante dos días he estado este fin de semana en la ciudad de Málaga, descubriendo la ciudad gracias a Accor Hoteles, ya que nos hospedamos en Suite Novotel, y Turismo de Málaga. Tras comer en el hotel, una buena comida, pusimos rumbo a ver el Museo Picasso en pleno corazón de la ciudad, donde nuestra apasionada guía nos contó su obra y vida, un lugar imprescindible en cualquier itinerario.

 

 

Tras tomarnos un café en el precioso patio del mismo museo, dimos una vuelta por la ciudad y llegamos hasta la Alcazaba, un sitio que me sorprendió muchísimo por su gran belleza y la de sus jardines con una impresionante panorámica de Málaga. A sus pies, encontramos el Teatro Romano, que merece la pena verlo iluminado de noche.

 

Por la noche, después de un pequeño descanso en este ajetreado día, llegó el momento de cenar en la Playa de la Malagueta, concretamente en La Moraga de Antonio Martín, dónde pudimos degustar un rico menú que nos encantó a todos para luego regresar al hotel, andando por la ciudad, a descansar para el intenso día que nos esperaba el sábado.

 

Por la mañana, desayunamos y nos fuimos directamente al Museo del Automóvil, una antigua tabacalera rehabilitada en un increíble museo para los amantes del motor, con una colección también de obligada visita que ya os contaré con más detalle en otro post, porque lo merece.

 

 

Después de ver el museo, nos dirigimos a la Plaza del Obispo, allí nos esperaban un grupo de chicas francesas para realizar una gymkana gastro-cultural, en la que puedo decir que mi grupo ganó ;), descubrimos más de esta bonita ciudad y degustamos su gastronomía, como por ejemplo, el ajoblanco, las almendras tostadas con sal, etc… ¡Muy divertido!

Era hora, de visitar el Museo Carmen Thyssen y la colección que se encuentra en él, lugar restaurado del antiguo Palacio de Villalón, impecable y si os gusta el arte, os encantará la visita al mismo.

¿Entretenida mañana, verdad? Pues tocaba comer y como no, en un chiringuito típico malagueño como Maricuchi en la Playa de Pedralejo, de excelente calidad, en el cual probamos los espetos de sardinas y una gran variedad de rico pescaíto malagueño, rico, rico. ¡Excelente gastronomía, la malagueña oiga!

 

Desde allí, subimos al Castillo de Gibralfaro, situado a más altura que la Alcazaba de la que os he hablado antes, dónde desde su muralla pudimos ver también las vistas de la ciudad y visitar el pequeño museo que hay en el mismo. Para hacer un pequeño descanso, tomamos un refrigerio en la Tetería Álamo 38, un lugar bohemio para tomar té’s o copas, ver exposiciones o simplemente reunirte con los amigos.

Aprovechando nuestro tiempo libre, y como el viernes nos llovió un poco, tuvimos que cancelar una actividad, que pudimos realizar el sábado, recorriendo Málaga en segway, una actividad muy divertida y más fácil de lo que parece, pese a lo que todos pensamos, así descubrimos otra forma de conocer las ciudades de manera limpia y silencioso.

 

 

Cayendo la noche, tuvimos que regresar al hotel para cambiarnos e ir a cenar, al conocido bar de tapas El Pimpi, lugar muy visitado por personajes famosos de nuestro país para degustar sus ricas tapas. Después, los más atrevidos y con más ánimo, conocieron la noche malagueña, mientras que el resto volvíamos al hotel para descansar, ya que al día siguiente volvíamos de regreso a nuestras ciudades.

 

 

 

Viajes Nacionales

14 comentarios

Deja una respuesta

*

Acepto la Política de privacidad