¿Conocéis la sierra de Guadarrama? ¿Y el embalse de la Jarosa? Este lugar es idílico y es perfecto para dar un paseo o para realizar alguna de las rutas que parten desde el propio embalse.

Es el embalse más pequeño de la Comunidad de Madrid, tan sólo 55 hectáreas y se encuentra a pocos kilómetros y de manera muy accesible y cómoda.

Antes de empezar, nuestra recomendación es que lo visitéis entre semana, o si es en fin de semana, lo hagáis pronto, ya que aunque no es muy conocido, los vecinos de la zona y los pueblos de alrededor suelen ir y está más concurrido.

Hace algunos meses vimos que Jesús del blog Fotonazos (podéis leer su artículo aquí) había visitado este lugar, y nos acordamos que hacía años habíamos estado los dos, así que decidimos ir y pasar una mañana en un entorno envidiable.

El embalse recibe el nombre de la planta o arbusto «jara» que depende de la época en que vayáis estará en flor y la reconoceréis por su característico olor y es preciosa.

Al llegar al embalse encontraréis diferentes zonas de aparcamiento, la primera de todas en el inicio, a pocos metros de la presa del embalse; en la segunda área es la que está junto a la ermita de la Virgen de la Jarosa,  patrona del municipio de Guadarrama por si queréis visitarla y de la que os habla más Fernando y Sagrario del blog Pinchando el globo (podéis leer su artículo aquí); y en el tercero encontraréis zonas merendero para comer y el restaurante «El refugio de la montaña«.

Una vez hayáis aparcado podéis realizar varias rutas que parten desde el propio embalse, la ermita o la Chorrera de la Jarosa que, aunque no está señalizada, los bloggers anteriores tienen bien detallado el camino para acceder a la misma.

Si queréis sólo visitar el embalse estaréis a 500 metros, y no os asustéis si veis que está todo vallado, ya que el embalse y su uso están gestionado por la sociedad de pescadores de La Jarosa y es un coto intensivo de pesca deportiva. Si queréis practicar la pesca, os indican el bar de Guadarrama que otorga los permisos para realizar esta actividad.

En la valla hay accesos sencillos cada pocos metros y se puede pasar al embalse por cualquiera de las puertas, ya que están abiertas.

Podéis realizar el paseo o ruta recorriendo todo el embalse de forma circular hasta llegar al final de la presa antes de acceder al mismo; o bien, realizar un paseo corto por uno de los dos lados del embalse, ya que en un punto el agua está descendiendo de los arroyos de la Chorrera, Picazuelo, Álamos Blancos, Tomillar y Jarosa para surtir al mismo.

Sus aguas son cristalinas y llenas de vida, veréis peces de diferentes tamaños y una gran biodiversidad preciosa con aves sobre volando para beber, libélulas, innumerables mariposas… Y aunque den unas ganas terribles de pegarse un chapuzón y disfrutar del entorno y sus vistas a la Pedriza y el Valle de los Caídos, está prohibido el baño.

Es un paseo muy reconfortante y perfecto para pasar una mañana con familia, niños o amigos, rodeados de naturaleza en un entorno único y tan bonito como pocos en la Comunidad de Madrid.