Este lugar único en el planeta situado entre Jordania e Israel, es perfecto para los que no saben nadar, ya que no podrás ahogarte aunque quieras, debido a la cantidad de sal y minerales que tiene.
El Mar Muerto es el punto más bajo del planeta, se encuentra aproximadamente a 430 metros por debajo del nivel del mar en su parte más profunda. Las dimensiones de este mar son 80 kilómetros de longitud y 14 kilómetros de anchura, pero lo que me pregunté cuando vi la cantidad de ríos de agua dulce que desembocan en este mar ¿cómo puede ser que sea tan salado si el agua que le llega es dulce?, la respuesta es bien sencilla. Cuando las aguas desembocan al Mar Muerto, están rodeadas por tierra, es decir, no tienen escapatoria por lo que se evapora el agua dulce dejando una densa mezcla de sales y minerales.
Aunque esta zona no esta muy poblada, se cree que fue cuna de cinco ciudades bíblicas: Sodoma, Gomorra, Adama, Seboim y Segor.
Ya terminada nuestra ruta en 4X4 por el desierto de Wadi Rum, llegamos a un pequeño campamento en mitad del desierto para descansar y disfrutar de un paseo en camello antes de prepararnos para una típica cena beduina.
Una de las cosas que si os recomiendo que hagáis es hacer el paseo en camello hasta llegar a un valle que esta rodeado por montañas para poder ver la puesta de sol. El trayecto en camello hasta llegar al valle dura aproximadamente 2 horas, contando que los camellos se paran cada dos por tres para comerse los arbustos que salen en el desierto… Aunque siempre vais acompañados por los guías beduinos tenéis que tener cuidado a la hora de montarse en el camello, ¿por qué lo digo?, muy sencillo cuando el camello nota el peso encima de él, se levanta del suelo rápidamente y con el movimiento brusco podéis llegar a lastimaros si no estáis preparados.
Después de nuestra visita a la ciudad de Petra, tanto por el día como por la noche, pusimos rumbo al desierto de Wadi Rum, donde nos esperaba una ruta en 4X4 de más o menos 4 horas.
El desierto de Wadi Rum también es conocido por el lugar donde estuvo Lawrence de Arabia; militar británico que participó en las operaciones militares árabes contra los otomanos en la Primera Guerra Mundial. Es más, en este desierto podremos observar la montaña, que Lawrence de Arabia bautizó como Los Siete Pilares de la Sabiduría. Años más tarde publicó con este mismo nombre un libro donde contaba sus vivencias en el desierto.
El desierto está situado al sur de Jordania, cerca de la ciudad de Aqaba. Para llegar al desierto desde Petra o desde Aqaba, se puede negociar a través de los hoteles y agencias de viaje para llegar en autobús, pero también lo podréis hacer con los taxistas de la zona. Por el contrario, si queréis llegar al desierto desde la capital de Jordania Ammán, podéis llegar en avión, gracias a los vuelos diarios que hay entre la capital y Aqaba. Hay que tener cuidado con el transporte público, ya que es muy limitado y tenéis que buscar muy bien las rutas, debido a que la información es escasa en la ciudad.
En nuestro recorrido por Jordania, no podía faltar Petra, conocida también como la ciudad perdida y antigua capital del reino nabateo. Sin duda, el tesoro más preciado de Jordania y como no, a nivel turístico.
Petra prosperó, en el siglo VI a.C, gracias a su situación en la ruta de las caravanas, que llevaban el incienso, las especias y otros productos entre Arabia, Egipto, Siria y el sur del Mediterráneo. Pero siglos más tarde, por culpa de los movimientos sísmicos y al cambio de las rutas comerciales, los nabateos se vieron obligados a abandonar Petra, abandonando así la ciudad, que cayó en el olvido, hasta que en 1812, el explorador suizo Johann Ludwig, redescubrió Petra para el mundo occidental, de ahí la denominación “la ciudad perdida”.
La entrada a la ciudad de Petra, es a través de un estrecho cañón, llamado Siq, de más o menos un kilómetro de longitud; yo solo recuerdo, lo pequeño que te hace sentir, al pasar por él, mirando hacia arriba y admirando la combinación de colores que se pueden apreciar, a parte de su altura de 80 metros.